En "Invisible", el director argentino cuenta la historia de una adolescente cuya vida cambia drásticamente al quedarse embarazada, sola ante un mar de dudas.
por Gonzalo Sánchez
VENECIA, Italia.- Con su última cinta, “Invisible“, el argentino Pablo Giorgelli llevó a la Mostra de Venecia, donde compite en “Horizontes“, una cruda denuncia de la situación de “desamparo” que viven muchas adolescentes embarazadas en su país.
“Me interesaba retratar ese desamparo en todos los órdenes de su vida: en el orden familiar(…), en el orden laboral, en el escolar y también a nivel de Estado. Un Estado poco presente y que no cuida como debería a sus jóvenes”, señaló en una entrevista con EFE.
El director de “Las acacias” (2011), “Cámara de Oro” en Cannes, recurre al plano subjetivo para “observar y seguir” de cerca el día a día de la protagonista, Ely, una adolescente cuya vida cambia drásticamente al quedarse embarazada, sola ante un mar de dudas.
La joven, a quien da vida la actriz Mora Arenillas, padece el desdén del mundo que la rodea, incapaz de ofrecerle soluciones, por lo que según el director, encarna “la soledad y el desamparo durante una etapa de vulnerabilidad como es la adolescencia”.
“Nosotros como sociedad, como adultos, somos responsables en gran medida de lo que les pasa a los jóvenes. Deberíamos ocuparnos de otro modo de ellos, pensar qué valores les transmitimos”, sostuvo.
Giorgelli apuntó que en Argentina los estudios indican que el número de embarazos adolescentes “está en aumento” y, al mismo tiempo, la práctica del aborto es ilegal salvo en algunos supuestos.
“¿Cómo te explicas eso? Creo que parte de la respuesta está en esta no atención que prodigamos a nuestra juventud como sociedad, como adultos. A nivel personal, a nivel institucional, a nivel estatal”, lamentó, subrayando que, no obstante, “hay excepciones”.
Muchas de estas jóvenes, ante este peliagudo momento de sus aún breves vidas, se encuentran con los adultos de espaldas, que como a Ely “no la registran, no la contienen, no la ayudan” y, entonces, “van arreglándoselas solas, decidiendo solas cuál es el paso a dar”.
En este contexto, en su opinión, juegan también un papel clave el mundo mediático que las rodea y el mensaje que envían sobre lo que el cineasta denomina “el imperio del cuerpo, de la sensualidad y del sexo”.
El director traza un paralelismo entre los embarazos no deseados de las muchachas argentinas con la pobreza y la desigualdad social, y por eso siembra en la cinta constantes alusiones a esta cuestión.
En la fase de investigación previa al rodaje, Giorgelli descubrió que “los jóvenes de clases populares, bajas, marginales y trabajadoras el índice de embarazo adolescente es mayor” y que, paradójicamente, “muchas de las jóvenes deciden tener” al hijo.
En su opinión, esto se da a causa de “la falta de futuro, la poca perspectiva y proyectos” y ante la ausencia de recursos. En definitiva, por “la invisibilidad” a la que alude la película.
Giorgelli compite en la sección “Horizontes” del Festival de Venecia, dedicada a las nuevas corrientes y vanguardias expresivas y estéticas y será el día 9 de septiembre cuando se sepa si logra llevarse el premio a casa.
Cree que su presencia en este certamen, considerado uno de los más antiguos y prestigiosos del mundo, es “muy importante” y “una plataforma” para su carrera y para la propia película, rodada con “mucho esfuerzo y pocos recursos”.
Y lo dice mientras ojea el teléfono atraído por los mensajes que le llegan por su cumpleaños, que celebró junto a su familia y amigos en un hotel del Lido veneciano.
En cuanto a su futuro artístico, el bonaerense lo ve sin premura, con calma, sin prisa por rodar películas ya que prefiere “ser muy riguroso” y no ceder a “las tentaciones de no hacer concesiones de las que no está convencido”.
“Por eso tardo tanto en hacerlas”, señala Giorgelli, asegurando que en su fase creativa no piensa en festivales o competiciones.
En cualquier caso, ya trabaja en el guión y busca productora para la que espera que sea su próxima película, sobre la expedición de un submarino argentino durante la guerra de las Malvinas que lleva como título -aún provisional- “Trasfondo”.
La historia toma como punto de partida la novela homónima de la escritora argentina Patricia Ratto, pero solo será eso, un inicio, porque Giorgelli se tomará la licencia de adaptarla para crear, a partir de dicho submarino, una metáfora de la última dictadura.
Será una película sobre “la espera” y “una mirada desde otro ángulo” de la sociedad argentina, sobre el régimen cívico-militar del 1976 y sobre “el horror” del conflicto que enfrentó a Argentina con los británicos por las islas del Atlántico.
EFE.